CALDERÓN DE LA BARCA

CALDERÓN DE LA BARCA

RUPTURA CON LAS TRES UNIDADES

LA DOBLE ACCIÓN, TIEMPO, LUGAR, PERSONAJES.



a)      LA DOBLE ACCIÓN. Por lo general, Calderón prefiere la unidad de acción, aunque en este caso la utilice.

b)      EL ESPACIO. Los hechos transcurren en Polonia, con referencias a Moscovia, de donde procede Astolfo, en una época indeterminada. Sus personajes no son seres históricos, sino imaginados por el autor. El paisaje y demás detalles escenográficos carecen de carácter típico y local.

c)      El TIEMPO. La obra no se atiene a la unidad de tiempo, que habían propugnado los preceptistas del XVI y que había roto Lope de Vega. Cronológicamente, la acción se desarrolla así:



·         JORNADAS I Y II: dos días

·         JORNADA III: unos días en que Segismundo está preso de nuevo. La batalla final y la última escena tienen lugar en un día.

   No obstante, los hechos abarcan mayor amplitud temporal. Basilio ha consultado a los astros antes del nacimiento de Segismundo. Rosaura es fruto de un desliz juvenil de Clotaldo y, ya adulta, viene a recuperar el honor que perdió antes de que, despeñándose, aparezca en escena. Segismundo está encerrado desde niño en la torre: todo esto ocurre previamente, en años anteriores a la acción de la comedia misma.

   Por otra parte, como en cualquier obra teatral, hay que observar el tiempo no narrado, el tiempo implícito, es decir, los hechos que se dan por ocurridos entre actos y escenas y que no es necesario detallar para la comprensión completa de la comedia.



d)      LUGAR O ESPACIO. No se mantienen la unidad. Los dos espacios fundamentales son la torre y el palacio.

TORRE

JORNADA I
ESCENAS 1 A 4
PALACIO
ESCENAS 5 A 8
PALACIO

JORNADA II
ESCENAS 1 A 16
TORRE
ESCENAS 17 A 29
TORRE


JORNADA III
ESCENAS 1 A 4
PALACIO
ESCENAS 5 A 11
BATALLA
ESCENAS 12 Y 13
BATALLA-PALACIO
ESCENA 14



La interpretación más aceptada hoy acentúa el contraste entre los dos principales escenarios de la acción: la torre es el lugar de la pasión y el palacio, el de la razón. No todo resulta, sin embargo, tan sencillo, pues si así fuera, Segismundo se comportaría como fiera en la torre y cono hombre en palacio. El príncipe está pintado según la dualidad escolástica natura/ars: en la torre es una naturaleza en estado primitivo, sin la educación apropiada para un príncipe. En su primera estancia en palacio es pura naturaleza, pura pasión, desconoce el protocolo, las convenciones palaciegas, abusa de su poder y no atiende a los dictados de la razón. Será desde que le lleven de nuevo a la torre cuando empiece a reflexionar (monólogo del Acto II). En el Acto III es legítimo y razonable que luche por ser príncipe heredero en lugar de Astolfo, pero la pasión y la sorpresa le llevan a desear ver a su padre a sus plantas (v. 2382), aunque, cuando ello suceda, le mandará levantarse (v. 3241), pues no es lícito rebelarse contra el legítimo rey. El tema resulta espinoso y delicado, si no perdemos de vista la concepción monárquica propia del XVII y la sumisión de los hombres de este tiempo al poder real; por eso Segismundo se postra a los pies de su padre para que le mate; por eso los rebeldes que le ayudan no son otra cosa que chusma (“bandidos y plebeyos”, “vulgo soberbio y atrevido”).

   En fin, toda la obra, vinculada a los espacios simbólicos en que se desarrolla, es una lucha entre pasión/razón, violencia/prudencia, naturaleza/arte o estado natural/ educación. Comienza con el predominio de la primera y termina con el triunfo de la segunda (contraste barroco).