En el siglo XVII, Lope de Vega,
tuvo la genialidad de acertar con una fórmula teatral de éxito seguida
por todos los autores a partir de entonces. Se le llamó la COMEDIA NUEVA para distinguirse de la obra teatral clásica. Esta comedia combinaba la calidad literaria con la capacidad de atraer al público, objetivo que logró como nadie.
En 1609 Lope compuso su Arte nuevo de hacer comedias,
breve e irónica obra en la pretende explicar su concepción teatral y
defenderse de los que le critican por apartarse de los modelos clásicos.
A lo largo de su tratado va mostrando las características que tienen
las obras que escribe:
Número de actos: Divide la comedia en tres actos (unos tres mil versos) y los llama jornadas.(El teatro clásico tenía cinco actos).
Propone la mezcla de lo trágico y lo cómico. La comedia ha de representar la variedad,
igual que la vida.
Esto implica que en una misma obra pueden aparecer personajes nobles y
plebeyos, reyes y campesinos... Se mezclan los estratos sociales, aunque
se guarda el decoro en la forma de hablar, comportarse, vestirse... El gracioso (papel interpretado por el criado del galán) aparece incluso en las obras más trágicas o más graves.
El teatro clásico proponía el respeto de las tres unidades -acción, tiempo y lugar-. La obra debía tener una única acción y desarrollarse en un mismo lugar y durante una jornada.
Lope acepta, aunque no la observe en sus comedias, la unidad de acción;
sin embargo, por razones de verosimilitud, cree innecesario guardar las
de tiempo y espacio.
Las obras teatrales se escriben en verso. El escritor utiliza diferentes tipos de estrofas según las situaciones. (polimetría)
El gusto: Lope
admite que las reglas del teatro clásico están bien, pero cada época es
distinta y los gustos del público varían. Así que hay que adaptarse a
ellos, puesto que el público es el que paga. El fin de la comedia es
provocar el disfrute del público. (ver más http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/TEATROBARROCO/)
EL CORRAL DE COMEDIAS
En su origen, los corrales de comedias eran verdaderos patios interiores de casas,
en los que se había levantado un tablado (el escenario) y cuyos
espacios se aprovechaban para alojar a un público variado. Las
representaciones se hacían de día. La sala carecía de techo
y sólo un toldo protegía del sol. El escenario disponía de cortinas en
su fondo que ocultaban uno o dos corredores altos y los vestuarios. La
ausencia de telón condicionó la representación: había que recurrir a
otros procedimientos para avisar a la audiencia de que comenzaba la
representación: ruido inicial, música...
El escenario presentaba tres niveles utilizables durante la representación: al fondo, arriba, se situaba un balcón al que asomaban personajes que simulaban estar en el de una casa; en segundo lugar estaba el tablado, en el que se desarrollaba normalmente la acción; por último, el foso del que salían, a través de escotillones o trampillas, los actores que encarnaban a Satanás o a otras criaturas infernales.
Las habitaciones de las casas (aposentos) que daban al patio estaban destinadas a las gentes principales. Los desvanes y las tertulias
eran los aposentos más altos, situados inmediatamente debajo del
tejado, y estaban reservados muchas veces a los religiosos y a los
nobles. Estos personajes podían ver la comedia sin ser vistos a través
de celosías.
El público más modesto se situaba en el patio central y veía el espectáculo de pie o sentado en unas gradas
que se levantaban a los lados del patio. Allí se situaban los
mosqueteros, que, con sus capas y espadas y sus silbidos o aplausos
levantaban o hundían la comedia.
Frente al escenario se construyó una especie de palco de mujeres (la cazuela),
en el que se sentaban las mujeres del pueblo, quienes accedían al local
por una puerta especial o por las casas vecinas, para no encontrarse
con los hombres.
A veces había inmediatamente al lado del escenario un lugar separado del resto de la sala, llamado media luna, donde se sentaban otros espectadores
La alojería era el lugar en donde el público compraba tentempiés (comida y bebida) y los alojeros despachaban la aloja o hidromiel (bebida hecha de agua, miel y hierbas aromáticas que, a veces se mezclaba con vino).
Los primitivos corrales
de comedias se ampliaron interiormente según se hizo preciso crear
espacio para alojar al público. Su estructura sólo permitía crecer
verticalmente y se fueron añadiendo pisos a los ya existentes.