La acción comienza en palacio y terminará en la torre (al contrario de lo que sucede en la jornada I). La torre y el palacio representan en la obra la oposición natura/ars.
Al comienzo de la Jornada II Clotaldo relata al rey Basilio cómo se ha procedido a dormir a Segismundo y llevarlo a palacio, para que , cuando despierte, se encuentre tratado y servido como un rey y se puede probar su conducta. Es un parlamento muy largo, como también lo es la respuesta de Basilio que quiere dejar la puerta abierta, en el caso de que no se comporte de forma adecuada, en cuyo caso le hará creer que no vivió esa experiencia, sino que la soñó. Se introduce así el tema de la vida como sueño, que no había aparecido hasta el momento y que da título a la obra: "He querido dejar/ abierta al daño esta puerta/ del decir que fue soñado/ cuanto vio.../ porque en el mundo, Clotaldo, todos los que viven sueñan"
La extensión de los parlamentos de los personajes hace que la crítica considere que quitan agilidad a la obra. Es evidente que Calderón subordina los hechos dramáticos (diálogo, acción...) a la exposición ideológica, con el riesgo de que los personajes sean solo portavoces de ideas y pensamientos, símbolos, conceptos abstractos. La realidad es que los personajes en el teatro barroco estaban basados en personajes-tipo y que su profundidad psicológica no era lo relevante. En el caso de la extensión al comienzo de las jornadas, hay que tener en cuenta las peculiaridades de la representación de las obras en el corral de comedias, que metía un entremés en el descanso entre la jornada I y la II. Los actores intenvendrían en ambas piezas y estos monólogos permitirían la reorganización de actores.
En la escena III asistimos al despertar de Segismundo en palacio. Clotaldo le explicará la realidad de los hechos, pero el príncipe se enfurece y manifiesta su carácter salvaje en una conversación con Astolfo ( por una nimiedad que tiene que ver con el hecho de que Astolfo no se quite el sombrero en su presencia, lo que era un privilegio de la alta nobleza, pero que Segismundo desconoce), con Estrella, con los criados (defenestrando a uno de ellos) y hasta con el propio Rey, al que llega a reprochar que lo haya tenido encerrado en la torre. Con todos se muestra muy agresivo y en especial con Basilio: "Tirano de mi albedrío/ si viejo y caduco estás, /¿muriéndote, qué me das?,/¿dasme más de los que es mío?".
Segismundo es consciente de que su padre le ha quitado libertad, vida y honor, lo que por naturaleza tenía que haber disfrutado. Por eso considera que el padre es el responsable de todas sus desgracias y que ahora no puede juzgarle agresivo. Se plantea así el tema de la educación del príncipe. ¿Cómo puede comportarse de manera adecuada si su padre no lo educó para hacerlo? ¿Cómo se le puede exigir que no sea agresivo?
Pero Basilio interpreta la violencia de Segismundo como que se cumple lo que había predicho el hado:"Bárbaro eres y atrevido:/ cumplió su palabra el cielo." Y le aconseja: "Mira bien lo que te advierto:/ que seas humilde y blando, /porque quizá estás soñando, /aunque ves que estás despierto".
Tiene lugar entonces otro monólogo de Segismundo. El dinamismo que se observa en los principales personajes, siempre en lucha consigo mismo, es rasgo barroco que transmite la inquietud espiritual de la época.
En la escena VII se produce el encuentro entre Segismundo y Rosaura, que se presenta como dama de Estrella. El príncipe le dirige unas bellísimas palabras, en un parlamento en el que recurre de nuevo a la estructura diseminativo-recolectiva, de gran complejidad estilística.
Segismundo se excede en la escena VIII hasta el punto de querer violentar a Rosaura (que en la jornada II, ya vestida de mujer, y como dama de Estrella, recibe el nombre de Astrea), e incluso intentar dar muerte a Clotaldo. El rey sorprende la situación y decide volver a encerrar a Segismundo haciéndole creer que todo ha sido un sueño.
Hasta aquí se ha desarrollado el conflicto de la acción principal. A partir de la escena XI se desarrolla el de la acción secundaria, más ligero en cuanto al tema, propio de las comedias de capa y espada. Se centra en Rosaura (Astrea, ahora) y en su encuentro con Astolfo. En relación con esta trama hay dos signos que entran en juego. Uno, el de la espada- y relacionado con Clotaldo y la recuperación del honor, para lo cual se vistió de hombre- ya se descubrió en el acto I. Ahora dará juego el medallón que Clotaldo trae colgado al cuello, y que es un retrato de una dama. Estrella lo reclama y envía a Rosaura a recuperarlo, lo que dará lugar a un juego que permite el encuentro entre la antigua pareja.
El desarrollo del conflicto de la acción secundaria, el tema del honor en este momento de la obra permite relajar la tensión dramática y la profundidad de los temas de la acción principal.
Las tres últimas escenas narran como Segismundo es dormido de nuevo y devuelto a la torre. Cuando despierta, y Clotaldo le dice que todo ha sido un sueño, es cuando se produce el famoso monólogo, en el que se explica el significado dela obra.
Segismundo recuerda el sueño mezclándolo con reflexiones sobre la caducidad de la riqueza, el honor y la brevedad y miseria de la vida, todos ellos característicos del Barroco.
También esta jornada termina con un final climático, pues aparentemente se han cumplido las predicciones de los astros y Segismundo se ha comportado mal.
También esta jornada termina con un final climático, pues aparentemente se han cumplido las predicciones de los astros y Segismundo se ha comportado mal.
